Con el calor que hace, vamos a seguir hablando de edificios blancos.

Pensáis que el blanco y el azul es típico de algunos sitios mediterráneos? Pues no del todo. Si que es cierto que hay rincones salpicados por estos colores, como la ciudad de Sidi Bou Said, en Túnez, dónde podréis disfrutar de su tranquilidad y belleza tomando un té con almendras en el Café de las Delicias o paseando por sus tranquilas callejuelas;

en las islas griegas, concretamente en Santorini,  también nos topamos con esta arquitectura sencilla, sin florituras, que invita a relajarnos, y que se fusiona con la luz del sol y el cielo.

Ambas arquitecturas son populares, de la zona, se integran estéticamente con el entorno y además, ahora que está de moda lo sostenible, el ahorro energético, etc…suponen un ejemplo de sistemas eficientes para dichos fines: paredes de barro y color blanco en sus paredes exteriores que refleja la luz del sol y proporciona frescor al interior de las viviendas.

No es necesario estar en la costa para ver disfrutar de estos colores, concretamente en Chaouen, Marruecos, también podemos admirar esta estética singular.

Y como en España somos más chulos que nadie, en el 2011 el pueblo malagueño de Júzcar se tiñó de azul para promocionarse turísticamente, y no me digáis que el resultado no fue curioso!

Pero no sólo el Mediterráneo salpica de azul y blanco algunos de sus rincones. También en Rusia, concretamente en Kazán, nos encontramos con su espectacular Mezquita de Qul Sharif, la más grande de Europa, y la más joven, pues se inauguró en junio de 2005, tardándose menos de 10 años en ejecutarla.

Yo la conocí a través del fútbol, cuando el FC Barcelona fue allí a jugar por primera vez, y parece que la ciudad tiene su atractivo turístico, pues no en vano la llaman «la Estambul del Volga».

Seguro que hay más destinos singulares en azul y blanco, me ayudais?